El domingo se celebra la Jornada de la Migración y los Refugiados. En una era global como la que estamos es un fenómeno muy grande y casi ya casi normal. Sin embargo es un signo de los tiempos, tanto de esa dimensión universal, como de una injusticia universal y causa de muchas desigualdades y muchas veces de conflictos. ¡Hemos de ver las posibilidades del otro, de los otros!. También están en nuestros pueblos. Integrarnos y colaborar juntos.
CARTEL DE LA JORNADA
El cartel de la Jornada expresa plásticamente el lema del mensaje papal: «Una sola familia humana»: Diversidad de colores y rostros de distintos países unidos en comunión, en un tono positivo y de esperanza frente a los mensajes mediáticos negativos que se reciben muchas veces sobre la migración. La cruz colgada en el pecho de uno de ellos indica también no solo la acogida sino la integración en nuestra realidad eclesial, con todo lo que nos pueden aportar.
Es clara también su identificación con todo lo que significa la Jornada Mundial de la Juventud a celebrar este año, en donde –como dice el Papa y refleja el cartel– los jóvenes son «puentes culturales» entre los países de acogida y los de destino.
Sería muy bonito eso de ser "una sola familia humana" pero me temo que es tan pero tan dificil que nunca se hará realidad. Empezamos porque hay demasiadas personas que ni aceptan ni respetan diferentes culturas y costumbres, esto da lugar a un número interminable de serios problemas que nos distancian y hacen imposible ser 2una gran familia"
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