martes, 9 de octubre de 2012

Al rio Sinodal

Está nuestra iglesia en época sinodal. Con un tema urgente, sugerente y provocador: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN EN LA TRANSMISIÓN DE LA FE. Y por lo visto han pedido a Cáritas Internacional, su reflexión desde su visión. El documento es un poco largo para colgarlo. Optamos por poner un resumen y si alguien lo quiere entero que lo pida y se le facilita. Desde luego que desde la visión de CARITAS se puede hacer un buen regadío a la evangelización y los trasvases que se hagan no serán infecundos.

APORTACIÓN DE CARITAS INTERNATIONALIS AL SÍNODO DE LOS OBISPOS SOBRE
LA NUEVA EVANGELIZACIÓN PARA LA TRANSMISIÓN DE LA FE


Octubre -2012

LA ACCIÓN CARITATIVA Y SOCIAL DE LA IGLESIA, DIMENSIÓN CONSTITUTIVA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
«El testimonio de la caridad de Cristo mediante obras de justicia, paz y desarrollo forma parte de la evangelización».

RESUMEN

A pesar de algunas esperanzadoras alusiones a la caridad, nos preocupa la escasa atención que merece la acción caritativa y social de la Iglesia en la acción evangelizadora tal como es presentada en los documentos de preparación al Sínodo: Lineamenta e Instrumentum laboris.

Consideramos que en ellos no se ve reflejado el lugar que corresponde al servicio de la caridad en el contexto y el proceso de la evangelización que la Iglesia está llamada a llevar a cabo y que se dispone a animar en este Sínodo.

Esta falta de consideración al servicio de la caridad nos lleva a manifestar algunas preocupaciones:

-Somos conscientes de que la evangelización es en sí misma obra de la caridad, al igual que reconocemos que la caridad no se reduce a la acción caritativa y social de la Iglesia, pero entendemos que este servicio de la caridad merece ser tenido en consideración como elemento constitutivo de la misión evangelizadora de la Iglesia.

-La crisis de credibilidad de la Iglesia y, con ello, la debilidad de su misión en la sociedad actual, es un hecho. Hay encuestas que nos dicen que la gente no pone su confianza en la Iglesia de las verdades, de la ortodoxia. En cambio, sí que suscitan confianza las instituciones eclesiales dedicadas a la “diaconía de la caridad”. Da la impresión de que la diaconía de la fe es distinta de la diaconía de la caridad. La nueva evangelización debe hacer ver que se trata de una sola diaconía con dos vertientes. Más todavía: debería ser la diaconía de la caridad el motor de la misión, la portadora de la visión.

-Si el servicio de la caridad no es considerado evangelizador y no entra en la reflexión sinodal como un elemento constitutivo de la evangelización, la evangelización se empobrece y el servicio caritativo se desvirtúa y se reduce a una consecuencia ética del Evangelio y a una tarea asistencial.

-Los documentos presinodales no recogen adecuadamente el magisterio pontificio sobre el tema. No recogen el magisterio de Benedicto XVI que nos ofrece afirmaciones claras y luminosas sobre la dimensión evangelizadora del servicio de la caridad que no se pueden ignorar. Tampoco recogen afirmaciones claras del Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

-Si estos vacíos se mantuvieran en el Sínodo, un Sínodo dedicado a la Evangelización en todas sus dimensiones - no a la catequesis, a la educación o a la pastoral familiar-, perderíamos una oportunidad privilegiada de dar a la caridad el lugar que le corresponde en la misión evangelizadora de la Iglesia y de aportar al anuncio del evangelio la significatividad y credibilidad que éste necesita.

-Son muchos los cristianos en el mundo que como voluntarios y como contratados vocacionados ofrecen su vida y su trabajo a la Iglesia en instituciones y obras de caridad. Perdería la Iglesia un gran potencial evangelizador si no considerara su servicio como un verdadero instrumento de la evangelización y si no tuviera para ellos unas palabras de reconocimiento, orientación y aliento en este servicio.

-Y se perdería una oportunidad privilegiada de potenciar y fortalecer la eclesialidad de Cáritas y de las instituciones de la Iglesia dedicadas a la caridad, pues el camino para fortalecer la eclesialidad de la acción caritativa y social consiste en dar a la caridad el lugar que le corresponde en la misión evangelizadora de la Iglesia y en las estructuras pastorales de la comunidad cristiana. Teniendo en cuenta todo esto, y para potenciar el dinamismo de la nueva evangelización, consideramos necesario ofrecer al Sínodo algunas propuestas:

1ª.-Presentar la acción caritativa y social de la Iglesia como una dimensión constitutiva de la evangelización.

2ª. -Reconocer la centralidad de la diaconía de la caridad como un modo privilegiado de evangelizar

3ª. -Apostar por una eclesiología de la caridad que evangeliza desde lo social y en lo social

4ª.-Considerar la importancia del ejercicio organizado de la caridad para el testimonio evangelizador de la Iglesia.

5ª.-Valorar como agentes de evangelización a los que ejercen el servicio de la caridad

6ª.-Animar la espiritualidad que requiere el ejercicio de la caridad para ser evangelizadora

7ª.-Clarificar que anunciar el Evangelio en el ejercicio de la caridad no es hacer proselitismo
La cuestión básica en la nueva evangelización no sólo es cómo anunciar el Evangelio, sino preguntarnos si el Evangelio que anunciamos es buena noticia para los pobres y si nosotros, como Iglesia, hacemos creíble este Evangelio. La diaconía de la caridad debe ser el motor de la misión y su signo de credibilidad.

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